1. La Física
Se
inspira sobre todo en Heráclito. Habla del mundo como un todo unitario
(monismo) y armonioso, regido por la necesidad inflexible de la ley universal
(determinismo). El orden natural será así el único refugio capaz de
proporcionar racionalidad en un marco social caótico.
En
vez de hablar de cuatro causas como Aristóteles, propusieron sólo dos
principios: la materia (pasivo) y el logos universal (activo, de naturaleza
corpórea, no inmaterial). Sólo lo que tiene cuerpo (lo material) es real. El
estoicismo es una doctrina estrictamente materialista. La materia carece de
cualidades y es pasiva. Al principio activo -Razón universal- le llaman Dios.
El universo es un todo animado y divino (panteísmo). Todos los acontecimientos
están férreamente determinados por una cadena causal inexorable. A esa
necesidad que rige el cosmos le llaman los estoicos «destino» o «providencia».
Es un orden necesario, pero totalmente racional.
El
mundo es un ser animado y armonioso, que posee vida propia. Tiene un ciclo
vital que termina con una gran conflagración universal, envuelto en fuego, tras
la cual todo vuelve a comenzar de nuevo. Cada ciclo posterior repite
exactamente el anterior: habrá un nuevo Sócrates y un nuevo Platón, y cada uno
tendrá los mismos amigos y conciudadanos.
Sólo
existen individuos concretos, todos diferentes. A cada individuo le caracteriza
una tensión interior, una estructura o manera de ser irrepetible. Lo universal
carece de realidad. Pero todos los individuos están ligados entre sí, y el
mundo es una gigantesca armonía de correlaciones e interdependencias.
Una
misma ley lo rige todo. Los estoicos aportaron el concepto de «ley natural» y
de «providencia». Para quien acepta este concepto no tiene sentido hablar de
mal en el mundo: nada de lo que sucede puede ser un «mal», aunque lo parezca.
Puede que para considerarlo un bien haya que contemplarlo con más perspectiva,
pero con la suficiente distancia histórica incluso lo que ahora parece mal
veremos que apunta hacia un bien. Los neoplatónicos, S. Agustín, los escolásticos
y Leibniz volverán sobre este asunto afirmando algo parecido.
Para
los estoicos, el ser humano es una parte del universo sometido al mismo orden
que las restantes cosas del cosmos. El alma humana es corpórea, mortal y
procede de los padres.
En
contra de Platón y de acuerdo con Aristóteles, los estoicos afirman que la
única fuente de conocimiento son los sentidos (empirismo) y que la
representación sensible es una copia de la realidad (realismo ingenuo). Sólo
las representaciones «claras y distintas» (Diógenes Laercio) nos garantizan un
conocimiento verdadero.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario