Séneca [Lucio Anneo Séneca]
(Córdoba, h. 4-Roma, 65) Filósofo hispanorromano. Perteneció
a una familia acomodada de la provincia Bética del Imperio Romano. Su padre fue
un retórico de prestigio, cuya habilidad dialéctica fue muy apreciada luego por
los escolásticos, y cuidó de que la educación de su hijo en Roma incluyera una
sólida formación en las artes retóricas, pero Séneca se sintió igualmente
atraído por la filosofía, recibiendo enseñanzas de varios maestros que lo
iniciaron en las diversas modalidades de la doctrina estoica por entonces
popular en Roma. Emprendió una carrera política, se distinguió como abogado y
fue nombrado cuestor.
Su fama, sin embargo, disgustó a Calígula, quien estuvo a
punto de condenarlo en el 39. Al subir Claudio al trono, en el 41, fue
desterrado a Córcega, acusado de adulterio con una sobrina del emperador. Ocho
años más tarde fue llamado de nuevo a Roma como preceptor del joven Nerón y,
cuando éste sucedió a Claudio en el 54, se convirtió en uno de sus principales
consejeros, cargo que conservó hasta que, en el 62, viendo que su poder
disminuía, se retiró de la vida pública.
En el 65 fue acusado de participar en la conspiración de
Pisón, con la perspectiva, según algunas fuentes, de suceder en el trono al
propio Nerón; éste le ordenó suicidarse, decisión que Séneca adoptó como
liberación final de los sufrimientos de este mundo, de acuerdo con su propia
filosofía.
En general, su doctrina era la de los antiguos estoicos,
aunque, en numerosos aspectos, incorporó a ella su propia visión personal y
hasta la de pensadores de escuelas antagónicas, como Epicuro, al que cita a
menudo en términos aprobatorios; con ello no hizo sino ejemplificar el espíritu
ecléctico y sintético característico del «estoicismo nuevo» propio de su época,
del cual fue el máximo exponente.
La filosofía era, para él, un asunto fundamentalmente
práctico, cuyo principal objetivo era el de encaminar a los hombres hacia la
virtud, comunicándoles el conocimiento de la naturaleza del mundo y de su
propio lugar en él para que ello los hiciera capaces de guiar sus vidas de
acuerdo con la voluntad divina. En este sentido, la lógica y la física
proporcionan un fundamento a la ética pero no ocupan su lugar, sino que están
subordinadas a ella como lo estaban ya en el antiguo estoicismo; a este último,
Séneca aporta esfuerzo, que aplica a persuadir del deber de obrar y pensar
rectamente, más que a demostrar la verdad de un conjunto de enunciados éticos
normativos.
Se vale, para ello, de la descripción vívida de los
beneficios de la virtud y las desventajas del vicio; en la comprensión de que
todos los bienes y males de este mundo son transitorios radica la
autosuficiencia del verdadero sabio, quien, para conseguirla, debe liberarse de
sus emociones, juicios equivocados acerca del valor de las cosas.
El tono moral de Séneca está cargado de acentos religiosos
que lo aproximan al teísmo y llevaron a pensar en la posibilidad de que fuera
cristiano, circunstancia que trató de probarse a través de una supuesta
correspondencia con san Pablo, que resultó ser apócrifa.
En sus escritos sobre ciencias naturales trató, en
particular, de los terremotos y su relación con los volcanes; aunque, en
general, recogió las opiniones de los antiguos sobre diversos temas, añadió
algunas reflexiones personales interesantes, como el vaticinio de una futura
explicación de los cometas como verdaderos cuerpos celestes.
Fue también autor de nueve piezas dramáticas, inspiradas en
modelos griegos clásicos y que son, de hecho, estudios de las tensiones
emocionales a que se ven sometidos los personajes, destinadas a ser leídas más
que representadas; escribió así mismo una magistral y mordaz sátira de la
deificación del emperador Claudio.
SÉNECA. Biografía. [Versión electrónica] (Consultado el 08
de Enero del 2017) El articulo se encuentra en:
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/seneca.htm
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