Invalidar la moneda en curso.
Según
la tradición antigua, Diógenes se vio obligado a abandonar Sinope, porque su
padre o él mismo (o ambos), se dedicaron a invalidar monedas, estropeándolas
con un punzón. A raíz de todo esto su padre fue encarcelado y Diógenes tuvo que
huir, o bien fue exiliado, no se sabe con certeza.
Relacionado
con este asunto se formó la leyenda de que Diógenes fue a consultar al oráculo
de Delfos, y recibió como respuesta a su pregunta el enigmático consejo de
invalidar la moneda, que se acabó convirtiendo en la consigna cínica, y en
metáfora de buena parte de su comportamiento.
Lo
cual podría ser considerado un antecedente lejano de la importante consigna
nietzscheana sobre la transvaloración de los valores. Invalidar los valores y
cambiarlos por otros fué uno de los retos que asumieron los cínicos y que
persiguieron con insistencia.
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